El curso no acaba



En los comentarios de esta entrada vamos a dejar los flecos del PDF del curso. Lo que haya que quitar, poner. etc.

(Wordle es la web que se ha usado para el gráfico)

Wallwisher

Wallwisher era uno de los enlaces que yo puse en mi lista. Lo dejo para la última clase.

Para crear un muro hace falta registrarse, pero para colgar cosas en ese muro se puede dejar abierto y quien tenga la dirección escribe sin registrarse.

Caben textos breves, de 140 caracteres, fotos (en realidad uno copia la URL de la foto) y vídeos (idem).

Es nuestra última actividad. Así hacemos algo divertido, la contraportada del PDF del curso.

Espero que lo hayáis pasado medianamente bien durante el curso, y que sirva para algo en vuestras vidas.

El síndrome de Willy Wonka

El Mundo, domingo 6 de marzo de 2011
EL ANTÍDOTO
ANDRÉS PÉREZ ORTEGA

Hace poco volví a ver Charlie y la fábrica de chocolate. Es la historia de Willy Wonka, un peculiar empresario que decide invitar a su fábrica a quienes encuentren unos billetes dorados escondidos en cinco tabletas. En el momento en que lo anuncia, se desata la locura por encontrar esos tickets. Hay poderosos que gastan fortunas para encontrar uno de esos billetes y también personas que apenas pueden comprar una tableta.

Esa película es una buena metáfora de lo que ocurre en Internet. Cada persona tiene su motivación para estar en La Red. Sin embargo, creo que en el mundo online se da con frecuencia esta tendencia obsesiva a buscar uno de esos escasos billetes dorados. Hay que consumir, o al menos adquirir, todo el chocolate 2.0 posible para aumentar las posibilidades de entrar en la fábrica del Señor Wonka.

En la película, cuatro de los que consiguen entrar son hijos de personas con suficientes medios como para encontrar los billetes. También en la Red hay un puñado de personas bien situadas a las que se cita en todas partes. Pertenecen a esa élite educativa, profesional o económica que puede permitirse adquirir suficiente «chocolate» para aumentar sus opciones. El resto tiene que conformarse con probar suerte... Y desilusionarse.

Creo que en Internet nos hemos olvidado del placer de tomar el «chocolate». Estamos centrados en encontrar un ticket que nos abra una puerta a no se sabe dónde. La Red se ha convertido en algo parecido al juego de las sillas. Si te descuidas, puedes perder tu sitio. Hay que estar constantemente probando suerte para conseguir esa cifra de followers o ese puesto en un ranking que aumente las opciones de conseguir ese billete dorado. Yo quizás no lo consiga, pero al menos disfrutaré con el chocolate.

Andrés Pérez es consultor en posicionarlliento personal